sábado, 16 de abril de 2011






Subíamos en silencio hasta el último piso. 
Obviábamos el ascensor, nos enredábamos. 
Nuestros pestañeos se sincronizaban y tus labios seguían el camino de lunares que acababan en esa parte a la derecha de mi alma, esa a la que le pusiste tú nombre y menos mal, porque yo ya no recordaba otro nombre que no fuese el tuyo.
Y conozco bien lo de que nadie es perfecto, pero apostaría mis manos a que escuchar tu respiración es lo más cerca que estaremos a la paz mundial.   






5 comentarios:

Capturadora de sensaciones. dijo...

Es perfecto.

ele* dijo...

yo también quiero la paz mundial, pues! :)

Chelsea dijo...

Haz el amor y no la guerra.
(;

Miss Carrousel dijo...

Qué perfección!

La princesa. dijo...

Me encanta tu blog, lo pongo en mi lista de blogs porque sin duda es uno de los mejores :) ¿Te pasas? http://fueunintentodesonrisa.blogspot.com.es/