domingo, 5 de junio de 2011

Sólo sé que lo que sé sólo lo sé yo.

Mataste monstruos en mis sueños, creaste una lucha de gigantes ahí arriba. 
Y de repente vas caminando. Rodeado de gente expectante, como su fueras un caballero medieval que acaba de vencer una batalla bajo la improbabilidad de que lo hiciera. Y sin más preámbulos excepto el sonido irónicamente infernal del órgano camina hacia ti una sirena con escamas brillantes, tanto que te ciegan. Tú como siempre, con tu manía de achinar los ojos para intentar ver mejor. Un reflejo te invade el cuerpo y no entiendes nada, te sientes extraño, estabas en mi cama hace un segundo.  Sintiéndote ajeno a lo que ocurre. Renegado sabes que en realidad no lo eres. Te sientes observado, acosado por las chicas con vestidos color pastel radiactivo del segundo banco. Si se pudiera violar con la mirada, no tendrías escapatoria. Pero es que estás guapo, aún más de lo normal si cabe.
Y la sirena cada vez te atrapa más con su canto. Pero ya no es el de siempre. Tiene otra melodía y ésta te irrita. Es demasiado aguda, o grave... Es demasiado diferente. Y cierras los ojos fuerte aún con esperanzas de que sea un mal sueño y  de volver a sentirme cerca y abrazarme y no dejarme ir y si lo consigues, si despiertas, prometes al viento hacerme el desayuno acompañado del mejor beso, de los mejores besos, y pasar todo el día en la cama y con el teléfono descolgado, prometes hacerme feliz... Abres los ojos. No tienes escapatoria. Tienes que afrontar la realidad. Me buscas entre la multitud aun sabiendo que no sería lógico que me encontrara allí, con la sonrisa de ''me alegro mucho por ti'' pintada. Ya sabes lo que odio la hipocresía.  Y en ese mismo instante, en ese instante en el que se logra asomar la tímida sonrisa de debajo del velo de aquella rubia sirena, algo dentro de ti te grita:
- Eres un miserable. Tuviste la oportunidad y no la quisiste aprovechar. Ahora no vengas removiendo los recuerdos. Es muy triste amigo... es muy triste que el día de tu boda te acuerdes de ella, de aquella otra sirena. Esa sirena sin canto, sin canto ahora para ti.

1 comentario:

Las Mejores Cosas Al Amanecer dijo...

acabo de descubrir tu blog y me gusta mucho.

Respecto al texto es muy emotivo, me encanta la última frase.

Soy Clara, del blog lasmejorescosasalamanecer.blogspot.com, si tienes un rato pasate por el, porfa.