martes, 4 de enero de 2011

Todo lo que siento por ti, sólo podría decirlo así.

Hiciste un agujero en mi cuello. Y otro en mi espalda. Y otro en mi cadera. Y otro en mi sien. Y otros dos en mis labios. Los hicieron tus dedos, el tímido roce de tu piel. Alguna vez también ayudó tu traviesa saliva. Lo cierto es que nunca pensé que algo tan hermoso estuviera destinado a herir(me). Creo que tú tampoco eras consciente. Pero ahora fumas y los llenas de cenizas. Y a mi las cenizas siempre me dieron miedo, incluso dolor y melancolía. Todos los sentimientos más horribles. Sabes que puedo usar contra ti todos los secretos que un día decidiste confiarme. Yo sé quién te hace sentir a ti todo lo malo, lo peor. Así que supongo que será justo que te marches con su piel de porcelana, así tarde o temprano tu mundo, al igual que el mio, reventará, explotará y se desvanecerá. 

Pero no todo son malas noticias.
Puedo hacerte un hueco. Tengo libres todos los días, a todas las horas... 
¿Quieres que explotemos juntos?

4 comentarios:

Unknown dijo...

Y llevar todo el amor al extremo :)

Laura. dijo...

me siento taan identificada!
Cuando pensamos en él nos hierve la sangre, incluso llegamos a pensar que lo odiamos.
Pero ese odio no es odio, es amor.

Saludos, y explota todo lo que quieras, pero sin que duela!

:)

María Álvarez del Vayo dijo...

Tienes algo en mi blog.

Paula dijo...

Guau! Duele hasta aquí!