viernes, 29 de octubre de 2010

VIII

La mayoría de la gente piensa que la mejor forma de vivir es alejándose del dolor. Pero una vida mucho más feliz da cabida a todo el espectro de sentimientos íntimos. Si podemos experimentar el dolor, así como el placer, podemos vivir una vida más profunda y con más significado.
No consigo recordar cómo he llegado hasta aquí. Sobretodo el por qué.
No consigo recordar cómo ha pasado; cuál de los dos fue el valiente. O si fue el whisky que tuvo la osadía de pegarnos un empujoncito.
El whisky que hace que nos olvidemos de todo lo demás, que consigue que sólo pensemos en el aquí y ahora.
Lo único que tengo claro ahora mismo es que sobra la ropa. Y ya no podemos parar.
Lo más dificil fue abrir la puerta con el calentón encima. Creédme, es complicado intentar abrir una puerta sin mirar y con la mano de una chica - y vaya chica - rondándote la entrepierna. Violencia, pasión, aprovechando cada milésima de segundo, cada beso, cada caricia, cada gemido. Supongo que era el miedo a despertarme y darme cuenta de que no era real. Era el miedo a que se desvaneciera como si fuese viento... Pero me tranquilizó sentirla tan cerca. Si tuviera que medir sus ganas con la fuerza de su lengua, con el abuso de sus labios, le pondría un 11 sobre 10. Sus piernas enroscadas a mi cintura. Después de cuatro o cinco torpes y atropellados intentos consiguió quitarme la camiseta. Y me lanza sobre la cama.
Y así toda la noche, más calor, más desenfreno. Y más amor, o más de algo parecido.
No consigo recordar cómo hemos llegado hasta aquí.
Amanda está tendida sobre mi cama. Desnuda. Sus pechos son pequeños. En realidad, en su cuerpo quedan perfectos. Pero, aunque no os lo creáis, lo que más me gusta son sus lunares. Tiene montones. De todos los tamaños. Algún día se los contaré. Por ahora sólo le conté dos, los que están arañando su pezón izquierdo.
Ahí tan cerquita de su corazón... tan cerquita como yo.

9 comentarios:

María Álvarez del Vayo dijo...

Precioso.

Espérame en Siberia dijo...

Una verdadera maravilla. Sobre todo el final.
¡Enhorabuena! Y gracias por tu felicitación, cariñito :D

Un abrazo inmenso for you.

Sheila dijo...

He visto tu blog de casualidad,y me ha encantado,es precioso.Te sigo!un besín y si quieres pasate por el mio! ;P
http://queelcieloesperesentaao.blogspot.com/

Yasmin Abdala dijo...

entonces si el whisky sólo nos hace pensar en el aquí y ahora.... tendré que empezar a tomar ¿o no?

un saludo.
Good vibrations!

Ali Alina dijo...

muy buen blog, me gusta y te leo de cerca, besos de purpurina.

Una invitación a mi blog:

globosagua.blogspot.com

sgs dijo...

la muerte no tiene por qué ser mala :)

Raquel dijo...

Eres muy buena, te sigo :)

Lucía y Carolina dijo...

me gusta mucho tu blog :)
visita el mio cuando puedas !
yo ya te sigo...siguemee!

http://www.loseyourselfinrome.blogspot.com/

Laura. dijo...

waw...no se si es porque estoy en mis dias sensibles, pero entre la musica de fondo y este texto increible que nos has regalado se me ha resbalado una lagrima por la mejilla..me ha encantado enserio.
Sobre la cita de arriba, siempre es necesario conocer el dolor pasa saber que es la felicidad. Lo bueno y lo malo tienen que ir cojidos de la mano, pese a quien le pese.

besos!