jueves, 4 de marzo de 2010

El frío me hace sentir viva.


Corriendo a toda velocidad
.
Acelerar. Aún más. Incluso un poco más. Frenar un poco. Un Stop, pero breve. Acelerar de nuevo. Más. Más. Más. Hasta que parezca que vuelas. Hasta que los ojos te lloren, manifestándose contra el viento. Hasta que te des cuenta de que te has agarrado demasiado fuerte al temerario conductor, sea quien sea. Me encanta esa sensación y sólo la encuentro ahí. En la velocidad.
Esta semana no ha sido de mis mejores semanas, ni mucho menos. Aun que todavía no sepa el motivo. O si pero no quiera reconocer que es por eso por lo que me siento así. Quizás no quiera reconocer que dependo tanto de eso. De ése. Pero a lo que iba... hoy ha sido un día grande. No por nada en especial, si no por gente especial. Ellos, que con un par de bolsas de pipas, dos motos y unos chistes, de los malos, hacen que parezca que todo va bien, que no hay problemas. Y es ahí cuando me paro a pensar que la vida es muy corta para desperdiciarla.
¿Sabéis qué? A vivir, que son dos días.




Quiero una moto.

1 comentario:

Espia Rusa dijo...

Jueves así se repiten, y ¿porque no?, mas de una vez si es necesario. Y me gustaría estar ahí, y sacarte una sonrisa de esas tuyas tan bonitas:)